< ESCRITOR Y ACTOR
CAPITULO 3
1960-1970
El apogeo del teatro y la dramaturgia estaba ya enmarcado en escenarios que se abrían, como ser “el universitario”. Donde se originaron dos tipos de agrupaciones, a nivel sociológico, la teatralidad convergía con los cambios sociales, la que formaban los alumnos de la UNAH, y la de integrantes de organizaciones populares , según Cardona Amaya [1] (2010) :
La década de 1960 es fundamental para comprender el establecimiento de la disciplina teatral en el ámbito universitario de Honduras. A inicios de esta década se experimentaría administrativamente, la in- dependencia institucional al Teatro Universitario fundado en (1959) y También se creó la Sección de Arte Dramático, creada en (1968).
Según lo anteriormente planteado, nos referimos a teatro desde el punto organizativo, aun la dramaturgia de concibe en forma colectiva “Estos proyectos mezclaban el profesionalismo con el amateurismo. Así, actores experimentados con formación académica en teatro, como Francisco Salvador, actuaban junto a estudiantes sin experiencia previa sobre un escenario y, de la misma manera, estos conjuntos locales”. (Cardona Amaya, 2020). Considerando que Cardona Amaya, se enfoca en estudiar la conformación y filogénesis del teatro universitario en los años “60” del siglo XX. La cual discute algunas eventualidades sociales que aventajaron la formación organizativa del teatro, como la aparición de festivales, contrario, al acontecimiento histórico de 1963 con el golpe de Estado a Ramon Villeda Morales. De inmediato la actividad teatral sufriría la separación de la extensión universitaria expresa Carona Amaya (2020 1). Lo anterior indicaba la pérdida del apoyo económico y logístico, un knokout para la recién nacida promoción teatral por el impacto del factor político. Aunque cierta ironía, en lo expresado por Cardona Amaya (2020) donde sostiene que en 1965 a 1971 recibió apoyo de la junta militar dirigida por Oswaldo López Arellano. Contradicción infalible en su restitución cultural. Aunque el artículo de Cardona Amaya (2020) contiene ciertas retahílas de contradicciones, cuando se refiere a la organización “Asociación Civil de Teatro Universitario” va careciendo de espacios propicios para presupuesto y a un grupo poco profesionalizado”.
Por lo que más pronto la extensión de arte de la UNAH define al apoyo de la actividad teatral. Convirtiéndose en “ Teatro universitario”. Llamándose “Teatro Universitario de Honduras” (T.U.H.) . Este trabajo investigativo de Cardona Amaya, hace una aproximación a la sociología teatral en Honduras. Porque menciona : “Teatro Estudiantil de Derecho y el Teatro Estudiantil de la Facultad de Ciencias Económicas”. Luego, el Teatro Obrero y el Teatro Popular, por desarrollarse la mayoría de su actividad en la década de 1970. Podemos contraponer dos conceptos, “Lo universitario” y “ Lo popular” para referirse a una constitución sociológica, desde la visión marxista, la actividad teatral es más sólida en la aparición popular o formación del teatro por parte del pueblo. Cuando Cardona Amaya ( 2020) hace hincapié al surgimiento La Asociación Civil del Teatro Universitario de Honduras 1963-1968. Hay que sostener que 1959 se funda el teatro universitario y dicha asociación antes mencionada que recibía emolumentos por parte de las autoridades de la UNAH. Incluso sostenido hasta bajo decreto en 1963. Se traza un campo de poder, excepcionalmente burocrático, por la racionalidad en que empieza a manejarse y a organizarse. Lógicamente que la junta directiva que se conforma, aparece dramaturgos y teatristas de renombre: Conduelo de Murillo Selva (presidente) , Francisco Salvador (director artístico ) Conrado Henríquez (secretario) Héctor Gálvez ( Tesorero) agregándose Clementina Suarez, Lucy Ondina y Arturo Luna. Consideramos como la primera directiva de una agrupación teatral desde el punto de vista jurídico posiblemente. Un elemento muy importante, que el pago de los profesores de la asociación civil era de 1500, además de que no eran suficientes para las presentaciones. Algo muy importante que cabe señalar, es que la mayoría de las obras en montajes eran extranjeras. Lo que implica la ausencia de uma dramaturgia hondureña puesta en escena. Posteriormente, es bueno hacer énfasis en el papel que viene hacer Francisco Salvador en el área de arte de dramático en la UNAH en1968. No estamos contra el montaje de los clásicos como Eurípides, Sófocles, Pedro Calderón de la Barca, Lope de Vega, Cervantes, Shakespeare, de los contemporáneos, Pedro Muñoz Sexa, Valle-Inclán, Ionesco, Ibsen, Fo, Becket, Canetti, Peter Brook, Miller, Dos pasos, Kapéc, entre muchos. Sino que entre la construcción de la dramaturgia la puesta en escena a mediados del siglo XX se dimensiona una distancia. Excepto, con la presencia de extranjeros, como Morris y Toffé. No obstante, es importante, la dimensión organizativa del teatro hondureño, donde adquiere matices profesionales.
Es al propio conflicto, al enfrentamiento del hombre contra lo que le aplasta y le amenaza a lo que somos sensibles cuando oímos con el corazón en la boca lo que sigue siendo de los más bellos textos del teatro, probablemente, porque la intensidad poética se une allí a la aguda conciencia de una continuidad del dinamismo humano colectivo e individual: (…)
No obstante, dentro de la forma administrativa de la Sección de Arte Dramático de la UNAH (Sería reorganizado Teatro Universitario, 1968, p.5), Universitario de Honduras, Centro de Estudios Dramáticos Universitarios, el Teatro Estudiantil de Derecho, el Teatro Estudiantil de Ciencias Económicas, el Teatro Popular Universitario y el Teatro Obrero. Lo anterior, nos lleva a pensar, que el origen de cinco organizaciones dentro de la Universidad, es por la variedad de ideas, la heterogeneidad, la diversidad de carreras universitarias, donde cada quien hacía lo propio. Aunque la creación del teatro obrero, entreteje ciertas dudas, y especulaciones, en el sentido, de vincularlos a situaciones históricas que atraviesa el país como las matanzas en los años 70 en Olancho. Las desapariciones forzadas, el intervencionismo Yankee, las reformas agrarias entre otros temas. La formación de clase obrera en el norte desde 1954. Si estas agrupaciones están conformadas por estudiantes, y profesores que mantenían una visión marxista del mundo. Aunque la última etapa del teatro universitario se da 1968 antes que los sucesos antes mencionados. Que había sido desplazado por el teatro obrero y experimental según lo plantea Cardona Amaya (2020). Estas últimas agrupaciones enfocaban críticas de acuerdo a las situaciones políticas que se estaban suscitando. Entre los actores: “España, José Mario Alemán, Adalgisa Benítez, Gloria Moya Posas, Luis García Bueno y Cristina Rubio, tres roles cada uno (p.8)”. Francisco Salvador dirigía el Teatro Universitario, el Teatro Obrero Universitario por Humberto Trejos.
1970-1971
Cardona Amaya (2020) , comenta que ya se presenta un nuevo proyecto, hay un viraje, un movimiento dinámico hace que ya no se mencione el Teatro universitario, orientándose sociológicamente hacia la formación de grupos comunitarios y trabajadores. Aparecen dos obras de índole nacional “Sebastián sale de compras (1971), y el montaje del poema de Roberto Sosa “Un mundo para todos divididos”. Lo mas lamentable que desaparece el teatro obrero universitario reduciéndose a los cursos que se impartían. El grupo que se queda activo es el de la carrera de Derecho. Incluso, hace montajes de obras teatrales extranjeras, y de algunos juguetes cómicos para eventos espéciales. Consideramos que era un teatro kirsch. Aunque si se hizo un montaje “Canto de protesta” por los universitarios de derecho., Se subsume el montaje de una pieza de Francisco Salvador sobre Edmundo Barbero ( Cardona Amaya, 2020). Por otro lado. Hace acotación del teatro estudiantil de Ciencias económicas (1969).
El teatro de Andrés Morris y Santiago Toffé
Des el punto de vista sociológico, el teatro como organización va adquiriendo relieve
A finales de 1978, el Estado clausuró la Compañía Nacional de Teatro y la Academia Nacional de Arte Dramático (fundada por el Maestro Santiago Toffé). Asimismo, el desgate que conlleva la actividad artística y la convulsión social que prevaleció en la segunda mitad del siglo XX, propiciaron la paulatina desaparición de las agrupaciones teatrales que en la década de los setenta se mantuvieron vigentes: TEUM, TOPU, Teatro Popular Universitario, Teatro Testimonio, y el Teatro Infantil de Honduras que dirigía Merceditas Argucia. El panorama del movimiento teatral hondureño era incierto.
Santiago Lastra
[2] Jorge Dubatti señala: “Teatrista es una palabra que encarna constitutivamente la idea de diversidad: define al creador que no se limita a un rol teatral restrictivo (dramaturgia o dirección o actuación o escenografía, etc.) y suma en su actividad el manejo de todos o casi todos los oficios del arte del espectáculo”
[3] El reconocimiento de prácticas de escritura teatral muy diversas ha conducido a la necesidad de construir una categoría que englobe en su totalidad dichas prácticas y no seleccione unas en desmedro de otras (...) hoy sostenemos que un texto dramático no es sólo aquella pieza teatral que posee autonomía literaria y fue compuesta por un “autor” sino todo texto dotado de virtualidad escénica o que, en un proceso de escenificación, ha sido atravesado por las matrices constitutivas de la teatralidad.
[4] A penas en marzo pasado, hace menos de dos meses, en la revista cibernética Istmo, y en un número dedicado al teatro centroamericano, sólo se encuentra un artículo sobre el teatro hondureño. Es de Willy Muñoz, de Kent University, y es sobre El performance de la tradición y la nacionalidad en Loubavagu o ‘El otro lado lejano’ de Rafael Murillo Selva Rendón, la obra hondureña más conocida en ciertos ambientes. Por su lado, en la misma revista, la investigadora María Luisa Collins, de la Universidad de California, en Santa Bárbara, en su artículo La problemática del teatro centroamericano: Dramaturgas en conflicto, escribe: “Desgraciadamente, mucha de la producción dramática centroamericana no va más allá de las fronteras de cada país donde surge. Aún peor, dentro de cada país las obras solamente son conocidas por una pequeña audiencia” (Istmo 18, marzo 2009).
[1] Cardona Amaya (2020) El Teatro de la década de 1960 en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras: La Asociación Civil de Teatro Universitario (1963-1968) tres grupos de la Sección de Arte Dramático (1968-1970) Revista UNAH Sociedad, V edición, diciembre 2020.
[2] Jorge Dubatti, ob. cit., p. 46-47
[3] Ibidem
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